El síndrome del ojo seco, que se caracteriza por una escasez de lágrimas, irrita la superficie ocular y puede llegar a dañar la córnea y la conjuntiva. Conoce sus factores de riesgo y los tratamientos disponibles.
Ojo seco
El síndrome del ojo seco, también conocido como enfermedad del ojo seco o queratoconjuntivitis seca, es una enfermedad producida por múltiples causas que se caracteriza porque los ojos no son capaces de producir suficientes lágrimas, lo que produce una alteración de la película lagrimal que recubre la superficie ocular. Esto provoca mayor sequedad e irritación a ese nivel, pudiendo causar incluso daños a nivel de la córnea y la conjuntiva.
La película lagrimal que recubre y lubrica la superficie ocular está compuesta por tres capas, que de más interna a más externa, son: la capa mucosa, la capa acuosa y la capa lipídica. Para la producción de las lágrimas es necesaria la interacción entre varias estructuras: las glándulas lagrimales, los párpados, y la superficie ocular. Juntas componen la conocida como unidad funcional lacrimal, de tal forma que la disfunción de cualquiera de sus componentes puede conducir hacia la enfermedad del ojo seco.
Aunque la prevalencia del ojo seco no se conoce con exactitud, se estima que lo sufre entre un 5 y un 30% de la población, siendo más frecuente en personas de edad avanzada. Este síndrome es uno de los principales motivos de consulta en oftalmología, ya que hasta un 30-35% de las consultas pueden guardar relación con esta patología.
Su diagnóstico no resulta del todo fácil, pues no existen unos criterios diagnósticos bien definidos, ni una prueba analítica o de imagen que confirme su existencia. El diagnóstico del ojo seco se basa en la presencia de síntomas y de una exploración física compatible, y en los resultados de diferentes pruebas diagnósticas, cuando éstos sugieren la existencia de dicha enfermedad.
Dado que la mayoría de las veces no se conoce la causa concreta que lo produce, no existe un tratamiento curativo. Lo que se hace es un tratamiento sintomático, con el que se busca aliviar los síntomas, siendo el tratamiento de elección el uso de lágrimas artificiales.
Tipos de síndrome de ojo seco
El síndrome de ojo seco se puede dividir en dos grandes grupos:
- Síndrome de ojo seco debido a una disminución en la producción de la lágrima:
- Síndrome de Sjögren: el síndrome de Sjögren es un trastorno inmunitario crónico, de causa desconocida, que se define por la asociación de sequedad ocular (xeroftalmia) y sequedad bucal (xerostomía), siendo esta última el síntoma más frecuente. Se produce por una disminución de la secreción de las glándulas exocrinas, que son aquellas que producen sustancias no hormonales con una función específica. Entre otras muchas cosas, el síndrome de Sjögren produce infiltración inflamatoria de las glándulas lagrimales, desencadenando así una disminución de la secreción lagrimal. Afecta principalmente a mujeres de edad media. El síndrome de Sjögren puede ser primario, o aparecer secundariamente por enfermedades sistémicas como la artritis reumatoide, el lupus o la esclerodermia.
- No síndrome de Sjögren o sin enfermedad autoinmune asociada.
- Síndrome de ojo seco debido a una pérdida excesiva por evaporación.
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