El diagnóstico del síndrome del ojo seco, aunque parece simple, es relativamente complejo. Esto se debe a que no existe ninguna prueba diagnóstica que por sí misma permita la identificación del ojo seco o la medición de su gravedad. Tampoco existen unos criterios diagnósticos establecidos que definan este síndrome. Por tanto, el diagnóstico se va a realizar en base a los hallazgos obtenidos gracias a una buena anamnesis (entrevista clínica realizada por el médico sobre la sintomatología del paciente), una exploración física adecuada (que incluya la inspección ocular), y la utilización de algunas pruebas diagnósticas.
En muchas ocasiones el diagnóstico de esta enfermedad se realiza en las consultas de Atención Primaria, donde el médico, gracias a la anamnesis y a la exploración física, consigue realizar una primera aproximación diagnóstica. La exploración física típica en el caso de queratoconjuntivitis seca puede incluir los siguientes hallazgos:
- Los vasos sanguíneos de la conjuntiva se encuentran dilatados, observándose más rojos debidos a la presencia de un mayor flujo sanguíneo (inyección conjuntival).
- Lagrimeo excesivo.
- Inflamación o hinchazón de los bordes de los párpados (blefaritis).
- Mala posición de los párpados, de tal forma que éstos pueden estar torcidos hacia fuera (ectoprión) o hacia dentro (entropión).
- Disminución de la frecuencia del parpadeo.
- Alteraciones en la visión, que mejoran normalmente cuando se lubrica de forma correcta la superficie ocular (aumentando la frecuencia del parpadeo o con lágrimas artificiales).
Otras veces, cuando el diagnóstico es dudoso, se envía al paciente al oftalmólogo, quien, gracias a instrumentos como la lámpara de hendidura, puede observar de forma más precisa las alteraciones descritas previamente, lo que permite una mayor precisión diagnóstica. Algunas de las pruebas que se suelen realizar en las consultas de oftalmología son:
- Tinción de la superficie ocular con fluoresceína: permite una visualización más detallada de la córnea, de tal forma que se puede ver o no la presencia de úlceras corneales (para ello se utiliza la lámpara de hendidura). El signo más característico del ojo seco es lo que se llama queratitis punctata (inflamación de la córnea consistente en la presencia de pequeñas lesiones dispersas y diseminadas por la superficie de ésta). Otro colorante que se puede utilizar para ver la presencia de lesiones en la córnea o la conjuntiva es el Rosa de Bengala.
- Test de Schirmer: consiste en la colocación de pequeñas tiras de papel de filtro en los párpados inferiores de ambos ojos (en la localización del saco conjuntival), permitiendo cuantificar así la producción de lágrimas de esa persona. Es una prueba barata e inofensiva para el enfermo, que se puede realizar con o sin la utilización de anestésico local, dependiendo de lo molesto que le resulte al paciente. Las tiras de papel se colocan en ambos ojos durante aproximadamente 5 minutos, y posteriormente se cuantifica cuantos milímetros de ellas se han humedecido.
- Test de Schirmer sin anestésico: se considera anormal cuando el humedecimiento de la tira de papel es inferior a 10 milímetros.
- Test de Schirmer con anestésico: se considera anormal cuando el humedecimiento de la tira de papel es inferior a 5 milímetros. La medida que se utiliza es menor porque el uso de anestésico asegura que solo se está midiendo la secreción de lágrima basal, y no la producida por el roce del papel contra la córnea.
Aunque este test es muy utilizado en la práctica clínica, los resultados que proporciona son muy variables.
- Tiempo de ruptura de la película lagrimal: con esta prueba se estudia la inestabilidad de la película lagrimal (para su realización son necesarias la fluoresceína y la lámpara de hendidura). Lo que ocurre es que, en los pacientes con ojo seco, entre parpadeo y parpadeo la lágrima se rompe prematuramente y no se consigue mantener como una capa homogénea (una lágrima normal dura unos 15 segundos o más estable, mientras que en el ojo seco este tiempo se sitúa por debajo de 10 segundos).
- Determinación de la sensibilidad corneal: el oftalmólogo, mediante una serie de técnicas, puede comprobar si la sensibilidad de la superficie ocular (córnea) se encuentra alterada (esto proporciona información que puede ayudar a establecer el diagnóstico de ojo seco o a encontrar la causa que lo produce).
- Hiperosmolaridad de la lágrima: esta prueba ya se utiliza en algunos centros médicos, aunque su uso todavía no está muy extendido (son necesarios más estudios para demostrar hasta qué punto puede ser útil).
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